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1. ESPECTACULOS NATURALES PERCIBIDOS COMO BASURA
En una conferencia sobre paisajismo una colega arquitecto expresaba
su desdén porque aquí a las hojas caídas de los árboles se las considerase y tratase como a basura, En otras latitudes
más civilizadas, explicaba la conferenciante, sus calles, parques y jardines
aparecen en otoño alfombrados por mantos de hojas secas, sobre los cuales la
gente camina con garbo.
Las hojas se dejan donde caen porque estas con sus tonos ocres refuerzan
el especial encanto de la atmósfera otoñal. Lo hemos visto infinidad de veces
en todo tipo de películas y anuncios. En cambio en Vigo, para evitar esa
supuesta plaga, se plantan árboles de hoja perenne que encima impiden el paso
del sol en invierno.
VIGO, JARDINES DE MONTERO RÍOS, EN OTOÑO
Sin embargo, incluso aquí, las tiendas de moda, al emplear la
expresión norteamericana “Fall” [Caída] -de “Fall Foliage” [Otoñada]-, en vez
de la tradicional “Autumm”, denominan “Fall Collection”, aludiendo a la caída
de la hoja, a la ropa de la temporada de otoño. Y es que una función capital de
parques y jardines es la de actuar como calendarios vivientes remarcando, con
su aspecto cambiante, el paso de las distintas estaciones.
Ciertamente a este cometido también se suman las aves, las
cuales, particularmente al llegar la primavera, contribuyen con sus cortejos de
apareamiento, sus graznidos característicos y el festivo nacimiento de sus
polluelos, a la celebración del triunfo de la vida que supone la llegada del
buen tiempo.
Tratándose de Vigo, un orgulloso puerto atlántico, hablar de
aves es en primer lugar hablar de gaviotas, éstas, jugando con el viento, nos
sobrevuelan continuamente, deleitando con sus evoluciones acrobáticas a
cualquiera con un mínimo de sensibilidad, o bien se pasean, caminando con soltura
entre nosotros, dando con su presencia una imprescindible nota de color marino
al ambiente urbano local. Llevan haciéndolo así toda la vida, y tienen tanto
derecho como nosotros a estar aquí.
2. SOBRE BÍPEDOS ALADOS Y
OTROS ANIMALES DE DOS PATAS
Decía Charles Lindbergh que prefería un ave a cualquier avión. Si
bien no cabe lamentablemente descartar que al decir esto el mítico piloto del Spirit of St.Louis se estuviese
refiriendo a la otra acepción anglosajona del término “Bird” –que engloba al
sustantivo pájaro, referido a aves pequeñas-, y que también significa tía buena
o chica guapa, señalar que en todo caso en materia de destreza aeronáutica las
gaviotas, con su elegante librea blanca y gris de superioridad aérea, se llevan
la palma.
Otro intrépido aviador, Robert Scott, tras lograr la hazaña de
sobrevolar el Everest con su P43, publicó un libro titulado “Dios es mi
copiloto”. A todos ellos cualquiera de estos bípedos con plumas podría darles
lecciones de pilotaje. Ciertamente una ciudad que posee un festival aéreo anual
debería valorarlos más.
Estas aves marinas poseen un diseño tan elegante como eficiente que
no solo les posibilita un vuelo potente, sino que también las capacita para andar
y nadar con soltura, y al cual el diseño aeronáutico le debe mucho.
Cabría mencionar en este sentido las “alas en gaviota invertida”
de aviones míticos de la II Guerra
Mundial como el famoso avión de asalto alemán Junkers Ju87 “Stuka”, o el
sobresaliente caza naval americano de la Batalla del Pacifico, el Vought F4U “Corsair”. En
cuanto al diseño automovilístico se tienen las sofisticadas “puertas en ala de
gaviota”, que vuelven a estar muy de actualidad.
SCRAMBLE UNA AMIGA DEL AUTOR DEL TRABAJO
Resulta que las gaviotas son aves pacíficas que permiten la aproximación del ser humano, lo que no incluye permitir que les destruyan sus nidos. Presentan unas dimensiones básicas de
Esto lo resuelven muy bien las gaviotas, que son omnívoras, zampándose
cualquier cosa mínimamente comestible. Predadoras como son de peces y otras
aves [con las que volando por parejas pueden llegar a sostener verdaderos combates
aéreos], así como insectívoras, también son carroñeras y detritivoras. Estas
dos últimas prestaciones seguramente les vendrán muy bien ahora que casi les
hemos esquilmado la pesca.
En cuanto a la necesaria ingesta de líquidos las gaviotas son
autenticas desaladoras con patas, lo que les permite hidratarse bebiendo agua
de mar. Eliminan la sal excedentaria mediante un mecanismo basado en el
transporte activo de sales, a través de dos glándulas de sal, o glándulas nasales,
que poseen todas las aves marinas.
Sus pollos tardan unos tres años en madurar, y si bien la vida
media de un lárido se calcula en unos trece años, se han reportado ejemplares
anillados de más de veinte. Hay incluso estudios que fijan la longevidad máxima
de los citados bípedos en torno a los treinta años; otros trabajos la elevan
hasta los cuarenta y uno.
Sin entrar en profundidades marinas sobre el significado, la
sociología y la filosofía del color blanco, predominante en las gaviotas, en
otros tiempos la sola idea de matarlas hubiera sido algo inconcebible porque se
consideraban animales sagrados, los cuales con su presencia anunciaban a los
marinos en peligro la cercanía de tierra firme. También se pensaba que con sus
cánticos predecían los naufragios. Matarlas traía mala suerte.
Sin embargo hoy en día cada vez hay más gente en Vigo que las detesta,
lo que no deja de ser curioso, considerando que no se conoce a nadie al que una
gaviota le haya robado la novia o matado a su abuela.
En relación con las molestias generadas por las gaviotas podría señalarse que en el Hospital Nicolás Peña las protestas por la presencia de gaviotas en sus espacios exteriores han motivado que su dirección tomase medidas de [Sglups!] “Control de Aves”.
La pregunta que se plantea es que diantres hace un grupo de gaviotas a la puerta de un hospital público, donde se supone que no hay comida. La respuesta obvia es que resulta que sí que la hay. Se la llevan los pacientes internados cuando salen a pasear. Les hace ilusión y les entretiene que los plumíferos les visiten ¿Alguien se ha parado a valorar antes de liquidarlas el valor terapéutico que para estos pacientes tiene la presencia de gaviotas?
En relación con las molestias generadas por las gaviotas podría señalarse que en el Hospital Nicolás Peña las protestas por la presencia de gaviotas en sus espacios exteriores han motivado que su dirección tomase medidas de [Sglups!] “Control de Aves”.
La pregunta que se plantea es que diantres hace un grupo de gaviotas a la puerta de un hospital público, donde se supone que no hay comida. La respuesta obvia es que resulta que sí que la hay. Se la llevan los pacientes internados cuando salen a pasear. Les hace ilusión y les entretiene que los plumíferos les visiten ¿Alguien se ha parado a valorar antes de liquidarlas el valor terapéutico que para estos pacientes tiene la presencia de gaviotas?
Por otra parte para dar una idea de su supuesta peligrosidad cabría mencionar
lo más grave que en este sentido se ha publicado éste verano en Vigo, con gran
escándalo periodístico, y que tuvo como protagonista a una niña que resultó
levemente lesionada en un dedito tras ofrecerle una patatilla a una gaviota, la
cual el volátil se zampó de un golpe de pico.
Que existen otros animales de dos patas mucho más belicosos lo
demuestra el hecho de que, en contraposición a lo anterior, y además por
iniciativa municipal, en Vigo a miles de gaviotas se les han destruido
sistemáticamente sus nidos –los cuales constituyen todo un meticuloso trabajo
de pico y pata para cualquier ave-, junto con los huevos que albergaban y, lo
que es aún peor, masacrado por centenares a sus indefensos polluelos.
Todo un Holocausto con Plumas, el cual se justifica en base a
las molestias y costes que supuestamente origina su presencia. Veamos algún
ejemplo.
3. CADENA DE DESMONTAJE PARA
POLLUELOS EN CITROËN
Recientemente en Faro de Vigo un portavoz oficial de la planta
de PSA PEUGEOT-CITROËN en Vigo expresaba su impotencia ante la presencia
estacional de nidos de gaviota sobre sus cubiertas en diente de sierra, lo que le
generaba a la concesionaria un desembolso anual de entre diez mil y veinte mil
euros en concepto de mantenimiento de las mismas.
Dejando de lado lo impreciso del antedicho coste, que va de la
mitad al doble, lo que cuestionaría su seriedad, el hecho es que la superficie
abarcada por dichas cubiertas fabriles, como se sigue explicando en el citado
artículo, publicado el pasado 25 de junio, alcanza la respetable, y mucho más
precisa, cifra de 420.000
m2 , nada menos que 42 hectáreas .
Dividiendo el anterior coste entre los metros cuadrados de
superficie de cubierta existentes se tendría un gasto anual, por otra parte muy
contenido, en concepto de mantenimiento de los sheds de su planta de
automoción, en una horquilla que va de 2,4 céntimos de euro a 4,8, por metro
cuadrado de cubierta.
VISTA AÉREA DE LAS CUBIERTAS FABRILES EN LA FACTORÍA CITROËN
Considerando que, como debería saber cualquier presidente de comunidad que se precie, resultará siempre muy recomendable al final del verano darle un repaso a las cubiertas de las edificaciones, al objeto de desatascar canalones y sumideros, fijando de paso los elementos que hayan podido descolocarse, cosa que habría que hacer de todos modos aunque no hubiera gaviotas. Considerando asimismo que el precio antes citado resulta sorprendentemente contenido, simplemente ni tan siquiera se entiende que exista un problema real.
En el explicado artículo la cosa se describe en los términos más
alarmantes: “las gaviotas toman la cubierta de Citroën. Los tejados de la
factoría se han convertido en un gran nido”. De nuevo la desmesura. Hasta junio
se retiraron 204 nidos, que es de suponer serían todos los que había.
Dividiendo nuevamente la superficie de las cubiertas de la
planta de automoción por el número de nidos retirados, se obtiene una liviana densidad
de ocupación de tan solo un nido -que ocupa una superficie ínfima- por cada 2.058 m2 de cubierta, equivalente
a distribuir 3,47 nidos de gaviota por toda la superficie de un campo de futbol
de dimensiones mundialistas.
Como nunca hay que permitir que la realidad estropee una gran
noticia, todo ello no le impide a la
concesionaria facturar en el periódico a sus gaviotas el antedicho y limitadísimo
coste de mantenimiento anual de los techos de sus naves. Un coste a todos los
efectos irrelevante para una factoría del tamaño de Citroën.
Una bagatela en suma, que sin embargo podría transmutarse en cuantiosa
si el explicado exterminio de aves acabase en lo que los economistas denominan “efecto
no buscado”, cual podría ser el surgimiento de una campaña animalista del tipo
“CITROËN MASACRA POLLUELOS EN CADENA”. Eso si que podría dañar seriamente su
cuenta de resultados. La consiguiente caída de ventas podría significar millones
en pérdidas.
Citroën simplemente podría haber optado por dejarlas en paz, aprovechando
en su beneficio la conformación sobrevenida de una colonia reproductora de
gaviotas patiamarillas en sus cubiertas, integrándolas en su marketing de
publicidad empresarial como una manera muy ecológica de promocionar la imagen
de su factoría en Vigo.
Dado que en el mismo artículo de prensa los técnicos municipales
daban, muy ufanos ellos, como causa del aumento registrado el reciente hostigamiento
generalizado a las aves en comunidades de propietarios, lo que llevaría a
muchas parejas a anidar en Citroën, consiguientemente la colonia se convertiría
en un auténtico refugio estacional para gaviotas.
En vez de esto la concesionaria ha tomado la dura decisión de
eliminar a los plumíferos -o “rescindirles el contrato”, que diría un mafioso-;
una decisión de política empresarial que sin embargo se factura a las arcas
públicas. Naturalmente después no habrá dinero para otras cosas.
Hubiera bastado con encauzar, a un coste módico, el proceso en
vez de obstaculizarlo. Disponiendo, por ejemplo, elementos sobre los cuales las
aves pudiesen ubicar tranquilamente sus nidos sin obstruir en el proceso
canalones o sumideros.
Incluso se podrían instalar pasarelas que permitiesen la
realización de visitas guiadas. “Y ahora niños y niñas -les dirían a los
escolares tras visitar la cadena de montaje- os vamos a mostrar la fascinante colonia
reproductora de gaviotas patiamarillas que tenemos en nuestras cubiertas”; y
ellos estarían encantados.
La cosa hubiera posibilitado, colocando cámaras en sitios
estratégicos, que monitorizasen el proceso durante los periodos de cría, la realización
de interesantes estudios ornitológicos sobre la colonia, a cargo de
especialistas independientes, o bien contratados por la propia fábrica. Cualquier
cosa hubiera sido mejor que matarlas ¡Que falta de imaginación! [¡Manca finezza! que diría un italiano].
Finalmente señalar que aprovechar hectáreas desperdiciadas sobre
instalaciones fabriles para un uso ecológico, más allá de su mera función de
cubierta, ya sea instalando paneles solares, o bien creando zonas ajardinadas
visitables sobre sus plantas, es cosa común en otras firmas, entre otras cosas
porque así mejoran su imagen corporativa, haciéndose más simpáticas de cara al
gran público, lo que tiende a mejorar sus cifras de ventas.
4. DOBLEPENSANDO EL MEDIO
AMBIENTE
Que tenga que ser precisamente la Concejalía de Medio
Ambiente la que capitanee en Vigo esta absurda cruzada local contra las
gaviotas [otrora un signo distintivo de la villa], laminando con ello la pieza
más importante de la avifauna salvaje local, constituye un autentico sarcasmo
neoliberal. El perfecto ejemplo del negro-blanco orwelliano.
De pequeño pensaba que lo de “Medio Ambiente” significaba que ya
nos habíamos cargado a la primera mitad. A lo que se ve ahora estamos decididos
a laminar al otro medio que aún aletea.
La citada concejalía basa su actuación en un Informe de Impacto
Ambiental, realizado por unos biólogos en 2008, en el que estos lamentaban,
como si fuera algo realmente horrible, que Vigo fuese la ciudad con la mayor
densidad de éstas aves en la península ibérica [¡seguro que ahora ya no!].
NOTA: ¿Por qué será que los resultados de este tipo de informes
biológicos tienden siempre a coincidir con los deseos del encargante del
trabajo?
En contraposición a lo anterior en el mirador de aves de las
Cíes aparece un rótulo blasonando de que en las islas se tiene la mayor colonia
reproductora de “gavota patiamarela” [Larus
michaellis] del mundo [¡seguro que ahora ya tampoco!]. Por cierto que en
dicho mirador el Domingo 2 de Septiembre ya no había sospechosamente ningún
lárido a la vista [¡Que bien Yuppie!], lo que lógicamente extrañaba a los
visitantes.
Al atardecer de ese mismo día, a medio camino a Vigo, una
gaviota se cruzó con el barco por estribor durante un breve instante. Volaba
rapidísimo, a unos diez metros sobre el agua, con su cola y secciones
exteriores alares replegadas, haciendo la misma ruta de la embarcación pero en
sentido inverso. Iba como un misil directa a Cíes. Enseguida se perdió de
vista.
Consecuentemente intentar diferenciar entre especímenes de la
colonia de Cíes y los de Vigo resultará harto artificioso. Para las citadas
bípedas, acostumbradas a volar largas distancias marinas, con la posibilidad
adicional de posarse en el agua a discreción, hacer la ruta entre Vigo y Cíes será
una pura trivialidad. No les llevará ni diez minutos de vuelo sostenido.
En definitiva parece que las gaviotas ya no se llevan esta
temporada. En otro tiempo, cuando lo del Prestige, se las rescataba, manchadas
de petróleo, para llevarlas a centros de recuperación de aves, los cuales
estaban subvencionados con dinero publico. Ese mismo dinero, que antes las
salvaba, ahora se usa para masacrarlas. Mala suerte para ellas. Será que han
cambiado las preferencias de nuestros políticos. Ya se sabe que “La donna è mobile qual piuma al vento”.
5. PANORAMA PARA MATAR
GAVIOTAS
La implacable campaña municipal de desplume corre a cargo de una
concesionaria, AGRONERGA, la cual se encarga del trabajo sucio [consistente
fundamentalmente en matar gaviotas], habiendo “retirado” en Vigo, como dicen
ellos mismos eufemísticamente -y como se indica en el cuadro adjunto-, hasta
junio de 2012, y desde el comienzo de la campaña en 2008, 1.074 nidos, 1.518
huevos, 439 gaviotas y 709 polluelos, todo ello en un horroroso y sangriento
crescendo.

LA SANGRIENTA CAMPAÑA EN CIFRAS [DE ABRIL A JULIO 2012 Y ACUMULADO] SEGUN CUADRO EXPLICATIVO PUBLICADO EN EL PERIÓDICO FARO DE VIGO
¿Qué quiere decir, por ejemplo, que se han retirado 709 indefensos polluelos? ¿Les habrán aplicado -ya que se trata de una campaña- las disposiciones de
¿Cómo hay que entender lo de “retirada” de gaviotas? ¿Acaso no
saben irse volando ellas solitas? La única explicación racional -asumiendo que
el término “retirada” tristemente indicará que las mataron-, y dado que una vez
en el aire éstas son virtualmente indestructibles, a no ser claro está que se
les dispare con armas de fuego [lo que, ya metidos en gastos, tampoco sería
descartable], es que muchos de los citados detritívoros optaran por sucumbir
heroicamente, batiéndose pata a tierra hasta el final junto a sus polluelos, en
un postrer y desesperado intento por proteger los nidos.
Queda claro en resumen que en Vigo a las autoridades municipales les importa un huevo la vida de sus gaviotas, y resulta que los huevos son muy importantes para las gaviotas.
Queda claro en resumen que en Vigo a las autoridades municipales les importa un huevo la vida de sus gaviotas, y resulta que los huevos son muy importantes para las gaviotas.
6. AGRONEGRURAS VARIAS
La propia terminología esquiva empleada por AGRONERGA indica un
afán de ocultación del autentico objeto de su negocio [que naturalmente no es
otro que la muerte violenta de las aves], y que en consecuencia sus propios
muñidores saben que lo que están haciendo en el fondo no está nada bien, por no
decir que es asqueroso, y por eso lo ocultan.
En todo caso a los que no les gana nadie en cuanto a eufemismos
es a los empleados de la concesionaria de automoción. Uno de sus técnicos
afirmaba alegremente en el citado artículo del Faro: “es muy probable que se
acaben marchando de aquí si cada año las ‘molestamos’ de esta forma”.
Si al elemento en cuestión, análogamente
al caso de las gaviotas, le hubieran destruido su casa, matado a sus hijos y,
ya de paso, también a su mujer, es más que seguro que no enfocaría el evento
como una mera molestia, o sea como un incomodo trastorno sin importancia.
7. DÁNDOLES EN TODA LA CRESTA
Por otra parte a las acciones de AGRONERGA, la concesionaria
municipal, habrá que sumar el resultado indeterminado de acciones individuales llevadas
a cabo por particulares, los cuales, azuzados por la Administración
Municipal , actúan por su cuenta, en ocasiones contratando
a otras empresas privadas, las cuales
también están en el negocio de lo que asépticamente denominan “CONTROL DE AVES”. Ellos sabrán que entienden por tal concepto, pero, por dar una pista, “MATAMOS POR ENCARGO” es el lema de una de las que operan en Vigo.
Asimismo en el Puerto no dejan de tocarles la moral a las
sufridas patiamarillas supervivientes, tratando de ahuyentarlas con aeromodelos
que simulan halcones. No vaya a ser que les de por hundir a algún gran crucero
mediante un masivo ataque aéreo.
¿Qué pensaría el añorado Félix Rodríguez de la Fuente , el amigo de los animales,
y también de los niños, de semejante matanza? Tiempos maléficos estos en los
que se jalean los sangrientos resultados de tamaña felonía. Podría decirse que
la concejala CHUS LAGO, montañera de profesión, en lo que a abyección se refiere, ha logrado culminar
la escalada más alta de toda su carrera.
El método para acometer este tipo de actividades abyectoides es siempre
el mismo. Se empieza seleccionando a un colectivo de bípedos bien delimitado
-da igual que sean los inmigrantes, los arquitectos, los pensionistas, los
médicos del Sistema Nacional de Salud o las gaviotas-, y a continuación se les
demoniza, culpándoles de todos los males. El resto lo hace la masa, un animal
miedoso e idiota, y muy peligroso además, una vez puesto en marcha.
8. BIOCIDIOS Y GENOCIDIOS
Por otra parte que AGRONERGA no quiera explicitar abiertamente,
y sin ambages, a que dedica realmente sus afanes -los cuales englobaran las
lucrativas actividades conexas de transporte y posterior incineración de los
cadáveres de las aves masacradas- tiene su lógica desde un punto de vista
jurídico, considerando que la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES establece en su Art. 11 que todo acto que implique la muerte de un
animal sin necesidad constituye BIOCIDIO, es decir un crimen contra la vida.
Asimismo en el Art.12 de la misma Declaración Universal se establece
que todo acto que implique la muerte de un gran número de animales salvajes constituye
GENOCIDIO, o sea un crimen contra la especie. Esta Declaración fue firmada en
Londres el 23 de Septiembre de 1.977 aprobada por la UNESCO y posteriormente por
la ONU.
9. INTOLERANCIA INFINITA
Lo que pudo empezar como un bienintencionado, aunque totalmente
desencaminado, intento de controlar a sus poblaciones, las cuales se
incrementan en verano debido a la migración de aves del norte de Europa para la
nidificación, se ha transformado rápidamente en una cruel “POLÍTICA DE TOLERANCIA CERO” con las gaviotas.
Vaya por delante que la citada expresión es un invento de los políticos.
En Ingeniería, que es de donde realmente procede el concepto de Tolerancia, éste
representa el error admisible o aceptable, sin el cual no se podría ni vivir,
entre otras cosas porque, matemáticamente hablando, decir “TOLERANCIA CERO” es
exactamente lo mismo que decir “INTOLERANCIA INFINITA”.
Obviamente entre bípedos deberíamos ayudarnos, y dejar en
consecuencia de tocarles las plumas, con esta cacería histérica, a unos volátiles
tan interesantes, inteligentes, divertidos y magníficamente diseñados por la madre
naturaleza, que si no existieran habría que inventarlos. Como ponía Richard
Bach en su novela “JONATHAN LIVINGSTON SEAGULL”: “la Libertad es la misma
esencia de su ser”.
“Un país, una civilización, se pueden juzgar por la forma en que
tratan a sus animales” proclamaba Gandhi. Efectivamente, y aunque Hitler sostuviese
eso de que “brutalidad significa respeto”, lo normal es pensar que destruir sin
más algo que no se entiende, o comprende bien, constituye un palmario acto de
barbarie. Según esto el grado de civilización en Vigo debe de ser deplorablemente
bajo.
Para finalizar señalar que existe una antigua maldición china
que desea a sus enemigos que consigan lo que persiguen. Ello significará que seguramente
el triste día en que desaparezcan del todo las entrañables gavotas será el mismo en el
que empezaremos a echarlas a todas de menos.
JOSÉ BAR BLANCO, 2012