sábado, 17 de noviembre de 2012

REFORMA EN PORTA DO SOL VS REMODELACIÓN DE BAR BÓO

1.  ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Para entender el origen y la importancia urbanística de la viguesa Puerta del Sol, actualmente más conocida como Porta do Sol que es su denominación en lengua vernácula [lo que permite diferenciarla de su archiconocida homologa madrileña], procede remontarse a los albores del siglo XVIII, época en la cual el desarrollo de sistemas de defensas fronterizas fue haciendo progresivamente innecesario el mantenimiento de complejas fortificaciones urbanas, lo que llevó a su gradual demolición, liberando con ello terreno para otros usos.

Concretamente la demolición del cinturón defensivo de París permitió la implantación de los primeros bulevares. De hecho en Francés el termino "boulevard" [baluarte en Español] designa a la propia línea de fortificaciones. Al convertirse ésta en anchos viales flanqueados por árboles la denominación se mantuvo, por lo que actualmente la palabra Boulevard se usa simplemente para designar a una amplia avenida arbolada.

Emulando el temprano ejemplo de París, muchas otras ciudades y capitales del continente europeo se han beneficiado de ésta reversión para fines pacíficos de las áreas fortificadas que las rodeaban. En Galicia por ejemplo la Plaza de María Pita en La Coruña fue posible al desafectarse los terrenos ubicados delante de la muralla que rodeaba su casco viejo, correspondientes a su zona de tiro libre.


Análogamente al caso, en Vigo la Puerta del Sol se originó con la demolición de sus antiguas murallas en 1869, aprovechando también la zona de tiro libre ubicada delante de la puerta de la antigua muralla que miraba al Este, hacia el sol naciente, y que rodeaba lo que entonces era una villa de pescadores de tan solo 8.200 habitantes.

La inicialmente llamada Plaza del Sol constituyó el principal nudo de tráfico y núcleo de expansión del Vigo de extramurallas. De ella partían el Camino de Orense, la actual calle del Príncipe, así como la vía de entrada desde Pontevedra, la actual Policarpo Sanz, y finalmente Elduayen, su unión con Bouzas, que ahora es un barrio de Vigo pero entonces era una población independiente.

Expresado más poéticamente por un cronista de la villa: "Tras la demolición de las murallas, la Puerta del Sol dio paso a la plaza de su nombre, que se constituyó en corazón de la ciudad. De este corazón, siempre palpitante, arrancaron las principales arterias del Vigo moderno" [José María Álvarez Blázquez, "Vigo en el siglo XIX"].


FOTO Nº 1  LA PORTA DO SOL Y SU ENTORNO INMEDIATO EN EL VIGO ACTUAL


Las calles Príncipe, Policarpo Sanz y Elduayen van paralelas a la línea de costa —Eje Este-Oeste— resiguiendo las curvas de nivel de la ladera, por tanto con pendientes pequeñas. A estos se añaden —Eje Norte-Sur— otros dos viales de mayor pendiente, Carral y Doctor Cadaval, que acometen perpendicularmente Porta do Sol.


Todas estas cinco calles, además de otros elementos de menor importancia, como son la Subida a la Herrería y el acceso a la Plaza de la Constitución, confluyen en Porta do Sol conformando el ámbito de referencia.

FOTO Nº 2 – VISTA DE UNA BULLICIOSA Y ALGO CAÓTICA PORTA DO SOL EN EL AÑO 1989 [ÉSTA FOTOGRAFÍA, JUNTO CON LAS NÚMEROS 8, 11 Y 12, FUE REALIZADA POR UN SERVIDOR, COMO ESTUDIANTE DE ARQUITECTURA, EN EL VERANO DE 1989, COMO PARTE DEL REPORTAJE FOTOGRÁFICO QUE ACOMPAÑABA EL PROYECTO DE REMODELACIÓN DE BAR BÓO]


2. LA OBRA DEL “PLAN E” EJECUTADA EN 2009
La actual ordenación del ámbito, por llamarla de alguna manera, inaugurada en 2009, y que costó cuatro millones de euros, procedentes del famoso y controvertido “PLAN E” del Gobierno de Zapatero, parte de una aproximación en extremo simplista al complejo espacio de referencia.

La intervención realizada, que continúa con la tradición local, consistente en llevar a cabo en el espacio público todo tipo de irreflexivas paletadas, la una detrás de la otra, siempre al gusto de los ediles de turno, lee la Puerta del Sol, o Porta do Sol, como si ésta, en vez de ser una plaza que es lo que es, fuese un único vial [Policarpo Sanz y Elduayen unidos], el cual atraviesa diagonalmente una zona de márgenes irregulares.


FOTO Nº 3 – LA PORTA DO SOL A VISTA DE PÁJARO CON EL "SIRENO" EN PRIMER PLANO

Dado que el lugar tiene forma de rectángulo alargado, la intervención genera dos amplios recortes triangulares a ambos lados, los cuales se reconvierten en espacios peatonales. A mayores la obra ejecutada deja a la amplia calzada preexistente reducida a un patético riachuelito, de apenas un carril por cada sentido de circulación, al que se dota de un curioso, y bastante confuso, balizamiento luminoso de tipo aeronáutico.

Resultando de todo ello que, al otrora "corazón, siempre palpitante" del Vigo moderno, se le ha inducido una grave estenosis arterial —el término médico utilizado para definir el estrechamiento patológico de un conducto—, dejándolo en un deplorable estado semicomatoso de disfuncionalidad.

Todo ello naturalmente no sale gratis, y obliga a hacer un largo by pass, desviando una gran parte del tráfico de la anteriormente bulliciosa Puerta del Sol, por Orillamar y Marqués de Valladares, éste último vial además recientemente acondicionado —con el estrechamiento de su calzada, ahora pavimentada en pavés— para soportar únicamente un tráfico rodado de baja densidad, lo que conlleva molestias, daños en el pavimento y retrasos en sus desplazamientos para todos los ciudadanos.

FOTO Nº 4  –  OTRA VISTA DE LA MISMA PLAZA DESDE EL EXTREMO OPUESTO

La intervención ha conllevado la demolición de una amplia marquesina preexistente, de reciente implantación y cubierta translucida, equipada con bancos protegidos de la lluvia para esperar el autobús.

Dado que a la gente no le suele gustar mojarse, los vigueses, aunque solo fuera porque la habían pagado con sus impuestos, deberían haber podido seguir disfrutándola, esperando al autobús cómodamente sentados, y protegidos de los rigores de la temperie, bajo la gran marquesina.

La paralepipédica pieza, construida en 2004 y demolida en 2009 [un caso paradigmático de arquitectura efímera], reinterpretaba elementos arquitectónicos tradicionales en lenguaje contemporáneo, siendo obra de los arquitectos vigueses Vicente Pintos, Javier Franco, Javier Mariño y Manuel Toucedo, los cuales, como es fácil imaginar, tampoco se quedaron muy contentos con la prematura desaparición de su obra.

FOTO Nº 5 – VISTA DE LA GENEROSA MARQUESINA DEMOLIDA [2004-2009]

Formando equipo habían ganado un concurso restringido, convocado por la OFICINA DE PATRIMONIO HISTÓRICO DEL CONCELLO, para hacer un INTERCAMBIADOR DE TRANSPORTES con capacidad para servir no solo como parada normal del autobús urbano, sino también como punto de arranque para los recorridos turísticos en autobús, así como de llegada para unas previstas lanzaderas que unirían el Centro con las Estaciones de Autobuses y Tren.

FOTO Nº 6 – EL MASIFICADO ESTADO DE COSAS TRAS LA REFORMA MUESTRA LA INSOLVENCIA TÉCNICA DE LA ACTUACIÓN REALIZADA. LA ABARROTADA MARQUESINA ESTÁNDAR INSTALADA TRAS LA DEMOLICIÓN DE LA ANTERIOR ES INCAPAZ DE COBIJAR A TODOS LOS SUFRIDOS USUARIOS.

La citada marquesina debía cumplir además otras dos importantes funciones, cuales eran constituirse en pieza referencial de la entrada al Casco Viejo y hacer el cierre de la Plaza de la Princesa por su lado abierto hacia Porta do Sol. Ahora dicho espacio peatonal, sin un elemento urbano que lo delimite, queda totalmente descabalado, resultando difícilmente entendible como placita independiente.

El proyecto de remodelación, que se trata más adelante, también preveía una marquesina, aunque más grande, de 36 m de largo y con cubierta ajardinada, llegando hasta la entrada a la Plaza de la Constitución.

Continuando con la bajada de categoría del ámbito de referencia, se han cargado también la mejor y más rentable parada de taxis de todo Vigo. Ésta ha sido desplazada, desde su ventajosa ubicación original en Porta do Sol, a Doctor Cadaval.

Los agradecidos taxistas, y muchos otros conductores, tienen ahora, para poder incorporarse a la escuálida calzada que les han dejado, que transitar precariamente con sus vehículos sobre una supuesta zona peatonal, y encima por su parte más ancha —lo que ya es el paradigma de la imprevisión—, donde cualquier día atropellarán a alguien, y después les echarán la culpa. La incomoda incorporación al vial, se hace en perpendicular, sobrepasando el bordillo.

FOTO Nº 7 – LA ZONA DE PASO DE VEHÍCULOS QUE ATRAVIESA EL ESPACIO PEATONAL

Y todas estas cosas acontecen porque la zona está [¡Tachan!] humanizada. Humanizar —un término de la Langue de Bois [lengua de madera en Francés] de los políticos— consiste, a lo que se ve, en hacer espacios descontrolados y perfectamente inútiles, en los que en la mayor parte del espacio no se puede ni plantar árboles, tan solo maceteros, porque lo imposibilita el parking que hay debajo.

El resultado neto de la intervención resulta ser una desolada explanada pétrea de aspecto pueblerino, que ya no es ni plaza siquiera, en la que la gente se empapará en invierno y se asará en verano.

En éste sentido hay que recordar que el recurso a la peatonalización es exactamente eso, un recurso, y como tal no es ni bueno ni malo en sí mismo. La forma en que se haga es lo que en última instancia determinará su eventual idoneidad. Para acertar hará falta tener el conocimiento necesario, la sensibilidad adecuada, y sobre todo muchísimo sentido común.


3.  EL PROYECTO DE BAR BÓO
Corría el año 1989 cuando los responsables municipales se pusieron en contacto con el Arquitecto vigués Xosé Bar Bóo, padre del autor de éste trabajo, para encargarle la reforma de la repetida plaza. Ya por entonces tenían el dibujete de la reciente intervención, el cual debieron rescatar a toda prisa de algún cajón para incorporarlo al Plan E.

FOTO Nº 8 –  EL ARQUITECTO BAR BÓO Y SU FIERO BIGOTE EN EL AÑO 1977

De hecho aspiraban a que el prestigioso arquitecto se lo desarrollase. Naturalmente, que le vinieran con semejante bobada —con una idea que se le podría haber ocurrido a un niño de seis años— no le hizo demasiada gracia al respetado profesional.

Así pues, y tras explicarles que un “prrroyecto” así sería indudablemente un asco, les presentó una propuesta alternativa, mucho más interesante.

El proyecto de Bar Bóo partía de la decidida idea de que la Puerta del Sol —el Km 0 de Vigo— es fundamentalmente un nudo de tráfico viario y que de lo que se trataba precisamente era de potenciar dicha dimensión, la cual dinamiza su espacio. Y es que ese es exactamente el leitmotiv o, dicho en lengua vernácula, o cerne da deboura, de todo el asunto.

PLANTA GENERAL DE PORTA DO SOL EN LA PROYECTADA ORDENACIÓN DE BAR BÓO

Una plaza resulta ser un espacio, más o menos regular, horizontal y cerrado, conformado por las edificaciones que la delimitan. Cuanto más cerrada sea, menos tráfico soportará, y más servirá como foro o lugar de encuentro, por lo que las plazas peatonales suelen ser espacios de perímetro muy cerrado protegidos de ruidos y vientos predominantes. Es el caso de las Plazas Mayores como las de Madrid, Salamanca o La Coruña. Lugares porticados, de planta cuadrada, a los que se accede por soportales.

Por el contrario, en la medida en que las aberturas crecen, en tamaño y número, la plaza va transformándose en nudo vial. El caso paradigmático de plaza muy abierta sería la parisina Place de l´Étoile, la cual, con sus doce calles radiales apuntando al Arc de Triomphe, constituye un nudo viario de primer orden de la capital de Francia. Es evidente que si a algún intrépido chevalier se le ocurriese la absurda idea de "humanizarla" el resultado sería un desastre.

Buscando un parecido de la viguesa Puerta del Sol con alguna otra plaza famosa, quizás la neoyorquina Times Square sería, salvando las distancias, la que más se le asemeje. Caracterizada por el encuentro en ángulo agudo de la Séptima Avenida con Broadway, y situada entre las calles 42 y 47, combina tráfico peatonal y rodado, con predominio de éste último.

FOTO Nº 9 – LA IMAGEN EJEMPLIFICA PERFECTAMENTE LOS NOTABLES PROBLEMAS DE TRÁFICO DE LOS QUE ADOLECÍA EL COMPLEJO ESPACIO DE REFERENCIA E 1989, LOS CUALES LA REMODELACIÓN DE BAR BÓO ASPIRABA A RESOLVER CON LA IMPLANTACIÓN DE UNA GRAN GLORIETA.


4.  LA GLORIETA Y "EL SIRENO"
El Proyecto de Bar Bóo para la "REMODELACIÓN DA PORTA DO SOL", del año 1989, preveía la instalación de una gran glorieta central, de 14,40 m de diámetro, la cual, en conjunción con tres isletas ajardinadas, organizaría el tráfico rodado procedente de las direcciones Norte-Sur y Este-Oeste.

SECCIÓN DE LA PROYECTADA ROTONDA

La pieza central estaría constituida por una gran fuente monumental con dos planos de agua superpuestos, equipada con proyectores subacuáticos y chorros de agua. En su centro un cuerpo sobreelevado serviría de base a una escultura en acero inoxidable. A su vez las isletas contendrían otras tres piezas en material pétreo, configurando el conjunto un grupo escultórico.


 PLANTA Y ALZADO DE LA PROYECTADA ROTONDA

En vez de eso el Concello instaló en su lugar en el año 1991 una peculiar pieza del escultor cambadés Francisco Leiro en acero inoxidable, muy grande —más de seis metros de largo— y de clara inspiración carnavalesca, la cual, aunque vista de lejos parezca un bisonte discapacitado, resulta que representa en realidad a un ser imaginario, mitad hombre mitad pez.
 FOTO Nº 10  – VISTA CERCANA DEL "SIRENO"

No parece casualidad en este sentido que la escultura se instalase en su actual emplazamiento coincidiendo precisamente con las fiestas del carnaval, lo que en su día hizo pensar a muchos que la misma formaba parte de su irreverente parafernalia.


FOTO Nº 11 – OTRA VISTA DEL MISMO ARTEFACTO

De hecho al acabar las fiestas la pieza fue retirada para, sin embargo, volver a ser repuesta en el mismo lugar al poco tiempo, esta vez emplazada sobre dos pilares en hormigón armado, forrados de granito negro pulimentado, que es como está actualmente. El resultado de tales afanes configura una especie de enorme brocheta bipolar, la cual, con su desmesura, se carga totalmente la escala de la plaza.

FOTO Nº 12 – OTRA VISTA MÁS CERCANA DEL EXPLICADO CAOS EXISTENTE EN 1989 Y QUE ESTABA PIDIENDO A GRITOS UNA GLORIETA EN CONDICIONES.

Dadas las improbables prestaciones aeronáuticas del invento, no se entiende que hace "El Sireno", al fin y al cabo un organismo supuestamente acuático —le delatan sus escamas piscícolas—, posado, cual dudosa gaviota, sobre dos recios pilares a 15 metros de altura ¿No estaría mejor ubicado el inefable animalete en un medio más acorde a su presumible hábitat? Por ejemplo sobre un plano de agua en el centro de una glorieta donde la pieza quedaría más puesta en valor, tenga el que tenga.

FOTO Nº 13 – PORTA DO SOL EN 1989 DESDE EL ARRANQUE DE ELDUAYEN Y MIRANDO HACIA PRÍNCIPE


5.  LA PLACITA DETRÁS DEL COAG
Continuando con la remodelación de Bar Bóo, en particular la potenciación del eje vial Norte-Sur, representado por las calles de mayor pendiente, Carral y Doctor Cadaval, le parecía muy importante al arquitecto vigués, aunque solo fuera por su valor simbólico, al enlazar éste los dos elementos más emblemáticos de la ciudad, y que son La Ría de Vigo y el Monte do Castro.

Para lograr dicho objetivo planteaba la construcción de una esbelta torre de 10 plantas, flanqueada por dos viales, uno por cada sentido, la cual, con su fachada en acero inoxidable, granito y cristal, marcaría, cual estilizado menhir, el paso del milenio en la plaza, sumándose a las otras edificaciones que la conforman y que representan lo mejor —y también algo de lo peor— de las distintas etapas de la arquitectura local.

Destacar en este sentido el edificio racionalista de "La Plancha", la modernista "Casa Simeón", los eclécticos "Hotel Moderno" y "Casa Pardo", entre otros.

Detrás de la esbelta torre, en los antiguos terrenos de "El Pueblo Gallego", se ubicaría una placita peatonal conformada por dos nuevas edificaciones cuadrangulares de cinco plantas. El acceso al lugar desde Puerta del Sol y Príncipe sería inmediato. La remodelación de la plaza solo hubiera requerido la demolición de tres viejos caserones de aspecto rural.

Desestimada la remodelación de Bar Bóo y pasado el tiempo, la Delegación del COAG en Vigo acometió en el año 2006 la construcción de una nueva sede en los citados terrenos de "El Pueblo Gallego", acabada precisamente en el annus horribilis de 2009. Todo ello lo hicieron tras decidir su Junta directiva, aplicando una lógica ciertamente difusa, que sus oficinas en propiedad, ubicadas en Marqués de Valladares, se les habían quedado pequeñas.

Transmutado ahora en inmobiliaria de circunstancias, el citado Colegio de Arquitectos administra el alquiler de todos los nuevos locales del flamante edificio, excepto uno, de unos 70 m2, donde se ubica actualmente su menguante Delegación, muy inferior en superficie a los 580 m2 que aún poseen en su antigua sede del Edificio Plástibar.

Así pues, mientras el caluroso artefacto en cuestión, popularmente conocido como “El Tupperware”, no se decida a despegar rumbo a alguna lejana galaxia, hará falta seguir rodeando toda su impagable plasticidad para poder acceder a la nueva placita que se oculta detrás, donde se encuentra su entrada principal.


6.  DESESTIMACIÓN DE LA PROPUESTA
Demostrando, una vez más, que Vigo es una ciudad que nunca pierde la oportunidad de perder una oportunidad, y a pesar del cálido apoyo obtenido de la prensa local, la letal combinación de tres factores dio finalmente al traste con la Remodelación de Bar Bóo.

El primer obstáculo fue la oposición, en la reunión que tuvieron para presentar el proyecto, del entonces Concejal de Tráfico, el cual acababa de asistir a un congreso en Francia donde le habían explicado, o más bien él había entendido, o al menos eso fue lo que dijo, que las glorietas no tenían futuro alguno, por lo que pensaba que tampoco tenía sentido hacerlas.

En segundo lugar estaba la fuerte oposición del COAG, que ya por  entonces tenía un proyecto para reubicar su sede en ese lugar, proyecto que su directiva no estaba dispuesta a cambiar, aunque al final terminara haciéndolo.

Para el último lugar queda ciertamente el argumento de más hierrito. Resulta que el escritor Xosé Luís Méndez Ferrín solía tomar sus vinos en la taberna "El Eligio", cuyo local se localizaba fatalmente en una de las tres casitas, cuya demolición se hacía imprescindible para acometer la ordenación propuesta, y el hombre no estaba, en modo alguno, dispuesto a alterar la rutina de sus libaciones.

Por lo tanto también se opuso. Y ahí sigue todavía la casucha en cuestión, adosada al nuevo edificio del COAG.


7.  EPILOGO
Todavía hoy en día sería ciertamente posible retomar en lo esencial la propuesta de Bar Bóo, al menos en lo que se refiere a la implantación de la explicada glorieta, ahora naturalmente con el Sireno en su centro, lo que resolvería los actuales problemas de tráfico de la plaza.

Justo ahora cuando, debido a que están tan de moda, se instalan rotondas por doquier, incluso en lugares donde no hacen manifiestamente ninguna falta, resulta absurdo que no se prescriba una precisamente en el lugar en que más sentido tendría hacerla.

Lo de la esbelta “Torre Menhir”, representando al nuevo siglo en la arquitectura de la plaza, ya sería algo un poco más complicado de hacer, dado que conllevaría la demolición de algún inmueble, pero también plausible, considerando el significativo y goloso incremento de edificabilidad que, en pleno centro, supondría para los propietarios del solar.

En cuanto a la prevista marquesina lo razonable sería reponer la demolida, que estaba muy bien, aunque a algunos les molestase su sobrio aspecto racionalista, tan poco “identitario”, y que fue en realidad lo que de verdad no le perdonaron.

A la amplia calzada proyectada por Bar Bóo de seis carriles de rodadura se le podrían eliminar dos de ellos, ampliando así razonablemente las aceras, dejando únicamente cuatro carriles, dos por cada sentido, más un carril-bici, mucho mejor que los insuficientes uno por cada sentido que se tienen ahora.

Finalmente señalar que de hecho es muy probable que algún día se termine haciendo algo similar a lo planteado en su día por Bar Bóo, porque al final los espacios urbanos tienden a ser lo que quieren ser, lo que hace que tenga sentido su existencia, y en este caso lo que está pidiendo a gritos la viguesa Porta do Sol es ser un nudo viario.


JOSÉ  BAR  BLANCO,  2012 

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