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ESTE TEXTO ME LO PUBLICARON COMO CARTA AL DIRECTOR EN FARO DE VIGO EL 11 DE JUNIO DE 2011. A RAÍZ DE LA CRISIS DE LOS PEPINOS, FUE ENTONCES CUANDO ME DI CUENTA DE QUE EL ATAQUE DEL IV REICH A NUESTRO PAÍS IBA EN SERIO. LO DE LOS PEPINOS ERA UNA PATRAÑA. TODOS LOS ENFERMOS LOS TENÍAN ELLOS. LA ÁCIDA CRITICA MANTIENE SU INTERÉS.
El mito de la eficiencia germana
es exactamente eso, un mito, y no solo porque hayan perdido dos guerras
mundiales, cosa que por otra parte no está al alcance de cualquiera, sino
porque no paran de dar continuas muestras de su torpeza.
Decía un conocido político
francés que como le gustaba tanto Alemania prefería que hubiera dos. Antes,
cuando la RFA era
un enano político [¡que tiempos aquellos!] los alemanes necesitaban a Europa y
a sus instituciones, pero ahora, tras la unificación, instalados en su IV Reich,
piensan que ya no les hacemos falta.
Empezaron a enseñar la patita
a principios de los noventa cuando con un inopinado reconocimiento, prematuro e
unilateral, de la independencia de Eslovenia y Croacia, que actuó como
acelerante, precipitaron a toda Yugoslavia en una guerra civil horrorosa, la
cual duró más de una década.
Actualmente ya votan en el
Consejo de Seguridad de la ONU ,
con rusos y chinos, contra la intervención europea en Libia, porque a la señora
Merkel le debe de dar igual que Gadafi masacre a su propia población en
nuestras narices. El hecho es que cada vez que Alemania ha intentado ir por
libre la cosa ha acabado con ellos perdiendo otra guerra mundial.
Si de verdad los alemanes fueran
tan listos como se creen, jamás en la vida habrían puesto al mando de su país,
y lo que es aún peor de la
Unión Europea , a alguien tan incompetente como la señora
Ángela Merkel. A ésta excamarada del Partido Comunista de la RDA , con su ridículo flequillo
estilo paje, transmutada ahora en neocon, la fueron promocionando sus nuevos
compañeros de partido hasta llegar adonde llegó, sencillamente porque así le
cerraban el paso a otros políticos más cualificados de la propia CDU.
Cada vez que asoma su poco
aerodinámico perfil por los medios es para hundirnos las exportaciones o bien para
disparar aún más nuestro diferencial en las emisiones de deuda. Y es que Merkel
aspira a gestionar la actual Gran Depresión Versión 2.0 en clave meramente
electoral, de política interna alemana, a base de grandes dosis de puro
etnocentrismo populista.
Le cuenta a sus conciudadanos que la cosa no va con ellos, y que la culpa de todo la tienen los habitantes
de los ahora llamados países periféricos —los PIGS o GIPSY— que son unos vagos.
Por ello su brillante solución final a la crisis consistente simplemente en
hacer sufrir a los países PIGS. Es evidente que con ideas del género bobo como
esas Europa no llegará muy lejos.
Mientras tanto escamotea que
el Euro se diseñó en función de sus propias necesidades, que su superávit es
nuestro déficit y que gran parte de la cuestionada deuda de los citados países
se encuentra depositada precisamente en los balances de sus propios bancos.
En 2008 había un grupo de
banqueros alemanes a los que en Nueva York llamaban los idiotas de Dusseldorf,
porque compraban todo cuanto activo tóxico les ponían por delante. De hecho si
la banca alemana se salvó de la crisis financiera no fue precisamente porque
sus gestores fueran unos genios, que no lo son, sino porque su Administración
Federal les inyectó muchísimo dinero.
Cada vez está más claro que la
emisión de Eurobonos por parte de la
UE es la única manera de evitar que las llamadas "manadas
de lobos de los mercados" vayan atacando a los distintos países, uno por
uno, empezando por los más débiles, blancos fáciles, para seguir después con todos
los demás.
¿Por qué no acepta Alemania
dicha solución? Si al final la peligrosa espiral de quiebras encadenadas acabará
golpeándoles a ellos también. La explicación está en su ineptitud para dirigir la UE al no ver más allá del humo
de sus propias fábricas. Como diría Schiller, "contra la estupidez los
mismos dioses batallan en vano".
En realidad los mal llamados
Planes de Rescate no son otra cosa que meras operaciones de saqueo encaminadas a
salvar a sus bancos, al conseguirles el tiempo que necesitan para sanear sus
propios balances, y no a los países entrampados.
No obstante donde realmente
lo bordan los teutones es en la gestión de su producción alimentaria. Cuando
aún no se habían apagado los ecos del bochorno en la intoxicación de cerdos y
pollos, inocentes animalitos a los que atiborraban con dioxinas, surge ahora el
problema de la contaminación en vegetales.
A saber que jaimitadas
habrán tenido que hacer en ésta ocasión para lograr transformar a una bacteria
tan anodina como la Escherichia coli en el bichejo maléfico en que la
han convertido.
Naturalmente, basándose en
que encontraron dos unidades con E. coli
de la habitual, les ha faltado tiempo para acusar estólidamente a los pepinos
españoles de ser los responsables de la epidemia. Resulta que antes los culpables
de todo eran los judíos pero ahora lo somos nosotros. Considerando el concreto
formato que exigen al europepino resulta fácil imaginar como habrán podido
contaminarlo ellos mismos.
Los españoles, si nos
olvidamos de la insoportable partitocracia bipolar que nos gobierna, de la
corrupción urbanística y de algún otro pequeño detalle, como la decreciente calidad
de la enseñanza pública, tampoco lo hacemos tan mal, lo que, dadas las
circunstancias, tiene ciertamente su merito.
JOSÉ BAR BLANCO, 2011
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